lunes, 22 de marzo de 2010
La belleza
Desde el hombro blanco y desnudo hasta el tobillo rodeado de huesos, tu cuerpo cubierto de curvas y lunares debería ser digno de lucir en un museo. La suavidad de la seda recubre tu piel, teñida del tono de la más dulce nata. Muchos mataron por besar unos labios que envenenan y embrujan con sólo rozarlos. Los ojos negros como el miedo, hablan ellos sin palabras y si los miro fijamente entiendo que vive en ellos algo que engancha, y si no los tengo, me matan. Clavas tu mirada en las vidas ajenas y nacen con tus pupilas sueños y fiestas. Culpable de tormentos a las tantas de la noche. Puro deseo que acaba en nada, pura pasión en tus pestañas incrustada. Dulces líneas recorren un rostro de esfinge. Friné ante tantos sabios, Friné con su pura belleza y hombres de palabras callando. Poder y fortuna palpitando en tu vientre, ombligo que custodia un virginal presente. Manos hechas de rosoas, si las enganchas con tus garras, tus espinas destrozan. Mujer libre que atesoras un veneno sin antídoto. La libertad es tu don y no saber amar, tu castigo. ¿Quién te podrá culpar de egoísmo y soberbia? ¿Quién sería capaz de negarte la aventura más bella? La condena de tu cuerpo te condena a tí Friné, mujer esclava de tus encantos. la condena de tu talla, de tus pieles, de tus armas, no te deja ser feliz aunque muchos te idolatran. Nunca nada es suficiente y en tus piernas solo habita el poder y el sexo. El caminar de las ramas del árbol más perfecto anda con una música que embruja incluso a los marineros con puerto. ¿Cuándo aprenderá Friné, dueña de la belleza de un cuento, a vivir sintiendo el corazón, a nacer estatua y morir en movimiento? Que no se caiga friné al estanque con narciso, no le digan lo guapa que es, no le digan que ella es roca, que ella es blanco, que es mármol y que nunca flota.
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